El nombramiento del argetino
Jorge Mario Bergoglio como Papa sucesor de Benedicto XVI ha sorprendido a
propios y extraños porque, por un lado, se trata del primer Pontífice
hispanoamericano, y por otro, es el primer jesuita en llegar al Vaticano. Sus primeras palabras: "Que Dios les perdone lo que
han hecho".
El hecho de que sea el
primer jesuita en liderar la Iglesia Católica coincide con la popular profecía
de Nostradamus sobre el "Papa negro".
Se le llama el Papa Blanco
al obispo de Roma y Sumo Pontifice de los Católicos, el Papa Rojo al primado de
la Iglesia Católica Antigua y al superior de la Compañía de Jesús se le
conoce bajo el nombre de "Papa negro".
Con la llegada del nuevo
papa, Francisco I se desempolva esta “profecía”, debido al
origen de Jorge Mario Bergoglio; hace parte de la Compañía
de Jesús, más conocidos en el mundo como Jesuitas, desde
los siglos XVI y XVII se ha conocido al Padre General de esta orden religiosa
como el Papa negro, debido al color de las sobrias sotanas que
visten todos sus miembros, en contraste con la vestimenta blanca del Papa.
También se debe en parte a la concepción del pasado que tenían los países
protestantes europeos del poder relativo que ejercían los jesuitas en la Iglesia
Católica. No obstante, hay que destacar que Bergoglio no es el sumo
representante de los jesuitas, sino que lo es Adolfo Nicolás. Sin
embargo, su nombramiento como Papa Francisco supone un paso
muy importante para la orden de San Ignacio, que durante las últimas
décadas ha perdido importancia dentro de la Iglesia.