Nací bajo tu falda ,
cada mañana tu sombra marcaba mi camino al colegio
tu verdor me entregaba toda la energia,
estaba tan cerca de ti que hoy mi Avila es parte de mi,
no hubo año que engalanado de rojo de capin melao,
no me hicieras llorar de tanto estornudar.
Un trabajo y otro colocó mis ventanas frente a tí,
disfruté tanto tus cambios de luz en verano y tu lenguaje austero de invierno,
te ví muchas veces con mi corazón triste o sonriente,
rodeado de nubes y riéndote al bañar, guiñabas un ojo para contentar.
Hoy te veo de lejos, te confieso que te extraño,
tengo amigos que retratan tu imagen sin cesar y
colocan tu imagen al amanecer, a las 12 y al anochecer.
El fuego te consume con rabia,
bravo y a dolorido siento que estas,
me duele ver como ardes y desde lejos no poderte ayudar.
Tenían razón Cabre, Illan y demás
que te han cantado versos y pintado sin parar,
para decirle al mundo
que no hay Caraqueño aquí o allá
que no sienta
un amor al Avila,
y que siempre nos bendecirá.
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